Las navidades consumistas nos demuestran cada año lo bien conectada que está la economía global. Todo funciona y llega a su sitio. Los estantes se llenan y se vacían al ritmo de las compras. Pero las sociedades, sus valores y normas de vida, sus exigencias políticas y sindicales e incluso sus opiniones públicas y sus medios de comunicación, permanecen desconectados en los espacios locales, sin capacidad para influir en las decisiones económicas y sin instrumentos para actuar globalmente.

Desconexión global Opinión EL PAIacute;S

Camboya vive una ola de protestas desconocida por los occidentales que consumen sus productos textiles enlace externo