Conmocionada por el suicidio del lolo que se lanzó del Costanera Center.
Ojalá que cada persona que ha propagado el video en sus muros de Facebook como sí fuese un espectáculo se dieran también el tiempo de meditar o lo que sea su creencia para abrazar el alma de un cabro desesperado.
Pienso en sus padres, en sus hermanos. Sobretodo en sus viejos, en esa mamá, en ese papá, en la pareja sí la tuvo y solo ayudarlos a llorar.
No hay consuelo...no todavía.
Pienso también en la pena profunda de quienes intentaron que no lo hiciera y le hablaron esos pocos minutos.
Que nadie, por bienintencionado que sea, les diga que no lloren, que vivan como sí nada.
Pensando en él...vaya este tema como forma de meditar. Cuesta tan poco. Es un cabro, un lolo, que tristeza. NO NOS PUEDE DEJAR INDIFERENTES !!
