Emily Davison

Emily Davison era una maestra de una escuela inglesa que al inicio del siglo XX se transformó en una militante activa del movimiento feminista, las llamadas sufragistas que reclamaban por el derecho al voto de las mujeres.

Detenida una y otra vez durante las manifestaciones que solían terminar en ataques a edificios públicos y represión; condenada a prisión donde protagonizó varias huelgas de hambre; llegó al extremo de intentar suicidarse arrojándose desde una escalera pero no consiguió más que una serie de lesiones medianamente leves.

Pero su fracaso anterior no la detuvo y el 4 de junio de 1913, mientras se disputaba el Derby, salto a la pista de carreras y se paró frente a los caballos intentando detener uno que pertenecía al rey y así, iniciar su enésima protesta pero, obviamente eso era algo imposible; los animales la arrollaron y la arrastraron, lastimándola tan gravemente que murió cuatro días después sin recobrar el conocimiento.

Su entierro fue seguido por una multitud que la consideraba una heroína.

Como siempre, admiradores y detractores no se ponen de acuerdo; algunos consideran que su último acto fue tan perturbador que puso en peligro el movimiento. De todos modos, en 1917, casi terminada la primer guerra mundial, el parlamento inglés reconoció el derecho al voto de las mujeres aunque de modo parcial ya que sólo podían ejercerlo las mayores de 30 años siempre que pudieran demostrar un cierto nivel de educación y una renta aceptable. Deberían pasar más de diez años para que en 1928 se estableciera el pleno derecho de voto para todas las mujeres.

En la lápida de Emily se lee: : Deeds, no words, Hechos, no palabras.

theguardian