Esclavos 1965: Sobre visiones y visionarios

Your own slaves in 1965 es una nota escrita por O.O.Binder para Mechanix Illustrated y apareció en el número correspondiente de enero de 1957.

Tal vez, demuestra, que las visiones sobre los posibles futuros son un poco más complejas de lo que parecen.

¡Los robots están llegando! Cuando lo hagan usted podrá comandar su propia legión de sirvientes con sólo un botón.

En 1863, Lincoln liberó a los esclavos pero en 1965 la esclavitud habrá regresado ya que todos podremos disponer de esclavos personales otra vez, salvo que entonces no habrá una Guerra Civil. La esclavitud vendrá para quedarse. No se alarmen. Hablamos de "esclavos robots".

Demos una mirada en el futuro y veamos lo que nos depara la Era Robótica. Es una mañana cualquiera del año 1965. . .

Usted es despertado suavemente por el ronroneo de su roboreloj que también ajusta los controles de temperatura de la habitación, enciende la radio en la estación de noticias y llama a su robovalet a quien, afectuosamente, usted llama Jingles. Él abre la ducha, lo seca con aire caliente y lo afeita con delicadeza. Jingles lo ayuda a vestirse y le acomoda la corbata, sólo se da por satisfecho cuando queda impecable, relucientemente limpio. Es hora de bajar a la cocina donde Steela, la robocoinera abre una puerta en su cuerpo metálico y saca unos huevos recién fritos que acompaña con tostadas y café recién molido. A medida que usted va terminando el desayuno, ella va introduciendo los platos sucios en su lavadora interna que, de tanto en tanto, arroja pequeñas burbujas azules. Es hora de partir.

Ya en su roboauto se sienta, gira un botón para indicar su destino y se relaja. Automáticamente, el roboauto hace el resto guiándose por su radar, pasando otros autos, deteniéndose en las zonas de velocidad reducida, acelerando en las vias rápidas, frenando cuando es necesario y deteniéndose a cargar combustible si nota que queda poco. De tanto en tanto ve que hay uno que otro robopolicia controlando el tráfico. De pronto, escucha sonidos de disparos. Un ladrón vacía su arma sobre uno de ellos haciendo varios agujeros en su chaleco de acero. El delincuente huye pero el robopolicia saca sus ruedas y en menos de un minuto le da alcance y lo detiene.

Si usted trabaja en una oficina su robosecretaria tomará los dictados grabándolos directamente y tipeándolos internamente, todo al mismo tiempo. Apenas usted haya terminado de hablar, le alcanzará la hoja perfectamente mecanografiada y si errores. Si se le ha ocurido ir a jugar golf, la robosecretaria contestará el teléfono, y dará las respuestas adecuadas.

De regreso en casa, su roborecitador leerá para usted utilizando su biblioteca microfilmada. Si quiere, puede jugar ajedrez con su robot de compañía que, de tanto en tanto lo dejará ganar alguna que otra partida.

Si nieva, no se preocupe, un robot limpiará el camino a su paso arrojando vapor atómico y derretirá el hielo. Todo será sencillo ya que su casa entera sera un robot, desde los cimientos hasta el tejado.

Pero, ya es hora de dormir. El roboguardián ha cerrado todo y se dispone a velar sus sueños. No habrá ratones ni insectos que escapen a los supersensitivos oidos y los ojos infrarojos de sus robogato.

¿Es esta una imagen de un futuro lejano? De ninguna manera, ese tipo de robots que hace una década eran impensados, hoy son una realidad cierta y de acá a diez años, todo es posible. Es que la carrera para crear cerebros electrónicos está lanzada y la inventiva de la raza humana no tiene límites.

Ya existen prototipos como el realizado por General Electric al que han llamado el Yes-Man, un esclavo primario que puede manipular objetos con facilidad e incluso ... mover los dedos. En una presentación reciente, el Yes-Man peinó a una jovencita del público. Dotados de circuitos telefónicos y televisión, esos esclavos podrán multiplicarse por miles.

Pero, los robots serán aún más versátiles. La planta atómica de Hanford posee un robot que analiza sustancias químicas con la misma eficiencia que lo podría hacer una docena de científicos. Datamatic Corporation ha creado un robot que lee datos y escribe sobre una cinta magnética a la asombrosa velocidad de 100 pulgadas por segundo. A esa velocidad, una librería completa podría ser grabada en unas pocas horas.

Nada de esto es tan asombroso, el doctor Norbert Wiener a quien se llama el Padre de la Cibernética y que es el creador de la mayoría de los conceptos matemáticos que permiten estas creaciones ha profetizado que la hora de los robots está cerca y que allá en 1965, los esclavos personales serán cosa corriente. Habrá robomedicos, robopsiquiatras. Es muy probable que el primer hombre" en llegar a la luna sea un roboastronauta, inmune a las velocidades ultra-rápidas de los cohetes atómicos y a las temperaturas heladas del espacio exterior.

Tal vez, la idea más inspiradora es la del Profesor Ralph Meagher de la Universidad de Illinois. Él habla de un gobierno robot. Economistas robots, financistas robots. Sería el final de las demandas sociales, del desempleo, de la inflación, de la deflación y de las caídas de los mercados. Los cerebros electrónicos encontrarían las soluciones exactas para cada problema humano. Curtis R. Schafer, de la Norden-Ketay Corp habla de la posibilidad de colocar pequeños radios en el cerebro de algunas personas lo que permitiría el control de sus acciones y esclavizar naciones enteras. El bio-control permitirá alcanzar el último peldaño: el control del hombre en si mismo.

Una cosas es cierta, los robots están llegando. Las maravillas de la electrónica dominarán cada fase de nuestra vida futura para hacerla más sencilla y más placentera.Modern Mechanix