Vaya novedad

La gente se muere, vaya novedad. Nosotros también. A menos que hayamos encontrado la fuente de la juventud eterna y bebamos de sus aguas, eso, es tan inevitable como ... bueno, como eso.

Desde el principio de los tiempos, el qué pasa despues es una pregunta que tienen tantas respuestas como ninguna y estas nuevas tecnologías de la comunicación sólo han sumado una nueva ignorancia porque ahora que estamos tweeteados, facebuqueados, bloguisados y redesocializados, cada día vamos dejando despojos de nuestra existencia por todas partes.

Evidentemente, un día cualquiera, desapareceremos y allí quedará un vacio, una incógnita, algo que no se cerrará. Algunos se preguntarán ¿qué habrá pasado? a otros les importará un comino y el blog/sitio/perfil se llenará de spam y comentarios ridículos.

Si tenemos suerte, se tejerán leyendas urbanas sobre nuestro destino:


Se fue a Tahití como Gauguin y allí vive en chancletas, pintando cuadros espantosos.
Se cansó de todo esto y abrió un negocio donde repara televisores.
Seguro que cambió su nick y soy yo mismo escribiendo esto.