Voto a voto

La Convención sobre los Derechos Políticos de la Mujer (Convention on the Political Rights of Women), adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1952 explícitamente expresa el derecho de las mujeres al voto y su acceso a cargos públicos:

Las mujeres tendrán derecho a votar en todas las elecciones en igualdad de condiciones con los hombres, sin discriminación alguna.

¿1952? Ayer nomás y eso, luego de muchos años de luchas y burlas por doquier.

En 1776 el estado de Nueva Jersey, USA, autoriza por primera vez el sufragio femenino pero fue fue el resultado de un error tipográfico ya que la ley hablaba de personas en lugar de hombres. Como se trataba de gente lenta de entendederas, tardaron unos años en darse cuenta y corrigieron la ley en 1807.

Durante el sigo XiX, eran pocos los países donde se permitía votar a las mujeres aunque en la mayoría de ellos ese derecho era restringido.

Otro estado de USA, Wyoming, se enorgullece por ser el primero en otorgar ese derecho aunque, claro, sólo abarcaba a los blancos.

Recién a principios del siglo XX es cuando los distintos movimientos de sufragistas consiguen que el derecho sea pleno (elegir y ser elegidas) y no es en el primer mundo sino en distintos estados de Oceanía. En América Latina, el pionero fue Uruguay en 1927 y las democracias occidentales fueron haciéndolo lentamente, muy lentamente, TAN lentamente que en Suiza, por ejemplo, se otorgó el voto a las mujeres en 1971 luego que dos referendos previos lo impidieran ya que la reforma fue rechazada por más de los dos tercios de los votantes.